El restaurador Yannick Alléno se ha inspirado en él para crear el pastel My sweet bomb, consiguiendo así un pastel que recuerda a la frangacia. Hace 5 años los diseñadores Viktor & Rolf decidieron crear su primer perfume con la misma filosofía.
Primero idearon el nombre, flowerbomb, pretendiendo con éste crear un antídoto contra la realidad, y siguieron cuidando hasta el último detalle: un envase de cristal con forma de granada de mano que a su vez recuerda a un diamante y prensentado en un desfile en París.
La tarta de Alléno ha logrado que el sabor recuerde al perfume, con ingredientes de praliné y rosa, lima con bergamota, jazmín y vainilla, y un bizcocho con sabor a té verde y galleta crujiente, y finalmente un ingrediente secreto para lograr que el pastel explote en la boca dejándonos un sabor dulce y divertido.
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